jueves, 1 de noviembre de 2012

Cateterismo Vesical


El cateterismo vesical o uretral es la introducción de una sonda, a través de la uretra al interior de la vejiga urinaria con fines diagnósticos y terapéuticos.

Indicaciones
La indicación para el cateterismo vesical puede ser transitoria, intermitente y permanente;
·         Vaciar completamente la vejiga antes de la cirugía o del parto.
  • Para mantener la descompresión de la vejiga durante ciertos procedimientos quirúrgicos.
  • En el post-operatorio o en el post-parto para prevenir la distensión vesical cuando el paciente no es capaz de orinar espontáneamente (paciente que se le aplicó anestesia raquídea).
  • Para vaciar el contenido de la vejiga y aliviar la distensión vesical por una importante retención de orina.
  • Para determinar la cantidad de orina residual en la vejiga después de la micción.
  • Controlar la hemodinamia del paciente en estado crítico (control de diuresis en pacientes con choque, deshidratación, estado de coma, valoración del estado hidroelectrolítico del paciente).
  • Para mantener el drenaje constante de la orina.
  • Para irrigar al paciente o introducir ciertos medicamentos.
  • Para tomar muestras de orina estéril en algunos pacientes incontinentes en que la orina expulsada estará inevitablemente contaminada.
    Anteriormente se utilizaba el sondeo temporal para obtener una muestra de orina estéril, esto ya no se recomienda excepto en casos muy especiales debido al riesgo que implica la infección asociada al sondeo. El método que se recomienda es utilizar una técnica limpia.
  • Estudios urodinámicos como cistomanometría o examen cistoscópico ureterografía, cistografía.

Contraindicaciones
  • En los procesos de uretritis, cistitis y prostatitis aguda, debido a la posibilidad de desencadenar una bacteremia, se recomienda, si fuera preciso, el drenaje vesical por cateterismo suprapúbico.
  • En casos de balanitis xerótica, abscesos escrotales, traumatismo uretral.
  • En el caso de estenosis o rigidez uretral la contraindicación es parcial, ya que se pueden realizar dilataciones de la uretra. La instalación de la sonda debe realizarse con sumo cuidado, ya que el ocasionar un traumatismo significaría agravar el problema.
Consideraciones especiales
En riesgo de infección se puede reducir teniendo en cuenta ciertos factores, que coadyuvan a propiciar la infección del tracto urinario como:

·         Realizar una técnica incorrecta de la asepsia del meato urinario, en la cual se introducen gérmenes patógenos al tracto urinario y renal por vía ascendente.
·         Provocar un traumatismo a la mucosa de la uretra, cuando la introducción de la sonda se realiza en forma forzada, sin lubricación estéril adecuada, o bien, por introducir una sonda de calibre mayor al requerido por el paciente.
Se puede producir ruptura de la uretra y establecer una falsa vía y provocar uretrorragia y posiblemente un absceso periuretral.
En el caso de un paciente varón cuando la sonda se introduce en un ángulo incorrecto o cuando el paciente presenta estenosis y se introduce forzadamente la sonda, puede ocasionar traumatismo.
·         Insistir al paciente para promover la micción voluntaria utilizando todos los medios posibles a nuestro alcance para evitar el cateterismo (cuando se trata de aliviar la retención urinaria).
·         En pacientes adultos que experimentan retención urinaria, se recomendaba no extraer más de 700 a 1,000 ml en una misma vez, sino estar extrayendo de 200 ml pinzando la sonda, y así evitar una descompensación. Sin embargo, debido al riesgo de infección por la orina retenida que podría convertirse en reservorio, se llegó a la conclusión, por investigaciones recientes, que no es necesario y que además es más cómodo para el paciente la extracción completa.
·         Observar si existe estenosis uretral, investigar antecedentes venéreos, cirugías urológicas y edad del paciente para determinar el calibre de la sonda.
·         Permanencia prolongada de la sonda vesical, la cual contribuye a elevar los índices de infección del tracto urinario, por lo que se debe evaluar el retirar la sonda tan pronto como sea médicamente indicado. La conveniencia del personal médico y paramédico nunca debe ser una consideración para el uso de sondas uretrales.


Complicaciones
Entre las complicaciones que se pueden presentar podemos mencionar: Falsa vía, estenosis uretral, hematuria ex-vacuo, infección transuretral, arrancamiento accidental de la sonda o si el globo del catéter no se infla.
Falsa vía
Se presenta rotura de la uretra y la creación de una nueva vía, distinta
a la anatómica que termina en el extremo del ciego. Frecuentemente se presenta en la uretra bulbar y la región cervicoprostático, localizándose habitualmente en la cara posterior uretral. Se manifiesta por imposibilidad de realizar el cateterismo, llegando el extremo del catéter a un alto (tope), provocando dolor considerable con uretrorragia dando como consecuencia hemorragia e infección.
Infección transuretral
La más frecuente es la cistouretritis, entre las menos frecuentes están la prostatitis aguda y la pielonefritis, e incluso sepsis, las cuales se pueden prevenir realizando el cateterismo con una técnica lo más aséptica posible y profilaxis antibiótica.

Arrancamiento accidental de la sonda
En los catéteres con balón inflado se puede ocasionar una dislaseración en el cuello cervical y ocasionar lesiones uretrales por sobredistensión. La manifestación clínica es la hemorragia. Puede ocasionar a largo plazo una esclerosis cervical o una estenosis uretral. Una de las soluciones que se utilizan con mayor frecuencia es la recolocación de una sonda de capacidad para inflar el globo con 20 a 30 ml de agua inyectable, de tal manera que el globo comprime y produce hemostasia, y puede además, ayudar al tratamiento para instalar una irrigación vesical continua.



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