jueves, 27 de septiembre de 2012

Tipos de dietas 2


DIETA HIPOSODICA.

Concepto: La dieta “hiposódica” o baja en sal, está diseñada para para las personas que sufren de hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca, a quienes el exceso de sal o sodio en las comidas agrava su condición.

Objetivo: Utilizada para impedir la retención de líquidos y para promover la perdida excesiva de líquidos, para manejar la hipertensión en pacientes sensibles, y para facilitar el manejo de la insuficiencia hepática, renal y cardiaca. Se basa en la utilización moderada de sal.

Indicaciones: La dieta “hiposódica” o baja en sal aconseja moderar el consumo de alimentos de origen animal, que son ricos en sodio.
La dieta hiposódica para hipertensos y para personas con problemas cardíacos puede ser estricta o flexible dependiendo de cada uno y del estado de su enfermedad, pero es importante seguirla sin deslices, pues el consumo de sal más allá de lo que indica la dieta baja en sodio puede resultar fatal

Fundamentación científica: Según los especialistas, la dosis diaria recomendable no debe ser superior a 3 miligramos, pero esto no siempre es así, sin darnos cuenta, muchas veces superamos los 10 miligramos y esta medida constituye un nivel peligroso para quien sea hipertenso.
El sodio atrae el agua y como consecuencia, ocasiona una mayor retención de líquidos y por consiguiente aumenta el caudal sanguíneo y finalmente aumenta nuestra tensión arterial.
             
Dieta astringente.

Concepto: Para la diarrea se utiliza la dieta astringente o antidiarreica, que es el ejemplo típico de dieta progresiva, ya que la introducción de los alimentos se realiza paulatinamente
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Objetivo: La dieta antidiarreica o astringente consigue que el aparato digestivo se acostumbre a realizar sus funciones normales, mediante la introducción paulatina de los alimentos. Acompañar esta dieta con el ayuno y la reposición de líquidos y minerales, es fundamental para acabar con el problema.

Indicaciones: Durante el periodo que se sufre diarrea se han de seguir una serie de normas dietéticas muy precisas, con el fin de acabar con el trastorno. De igual forma, requiere la prohibición de determinados alimentos y la ingestión progresiva de otros. La dieta antidiarreica se divide en diferentes fases.
Se debe empezar por el ayuno, en el que sólo se puede ingerir un preparado de agua, sal, azúcar, limón y bicarbonato, que tendrá una duración de 6 a 24 horas. Pasado este tiempo, se puede comenzar a ingerir líquidos como el agua de arroz, sémola, sopas de cereales, etc. Es recomendable comer poca cantidad y frecuentemente.
Poco a poco se irá introduciendo en la dieta el arroz, el pollo o el pescado hervidos, pan tostado y jamón york. Después, se comenzará a tomar yogur, carne y pescado a la plancha y verduras hervidas.
Si el enfermo comprueba tolerancia a la leche, puede sustituir el yogur desnatado por 200 cc. de leche descremada con descafeinado. En este caso podría tomar queso fresco sin grasa, tipo Burgos, Requesón...

Fundamentación científica: la diarrea como tal no es una enfermedad sino el síntoma de un trastorno. Consiste en la aceleración del transito intestinal que ocasiona muchas deposiciones o deposiciones fluidas y abundantes. Puede ir o no acompañada de dolor, debilidad, náuseas, vómitos, espasmos abdominales (retortijones), fiebre o pérdida de apetito.
En general, se deben a enteritis (inflamación del intestino, especialmente del delgado) que en pocos días se soluciona, aunque otras veces la causa permanece durante meses y semanas. También puede tener su origen en la dieta, los medicamentos, virus, enfermedades crónicas, etc.


                                        

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